Terminada la época hábil de caza, el Cuerpo de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha intensifica las inspecciones a los cotos de caza en busca de métodos masivos y no selectivos como lazos, cepos, jaulas-trampa o el empleo de sustancias venenosas, que se usan de manera ilegal para la eliminación de depredadores. Indudablemente se trata de delitos tipificados en el Código Penal que ostentan especial relevancia, más aun en el caso del veneno, caso por el riesgo implícito para la salud pública que conlleva su uso, al emplearse sustancias que en simple contacto con la piel pueden causar la muerte de una persona, ni que decir tiene de un niño.
Para realizar este tipo de inspecciones se cuenta con un protocolo establecido que siguen los agentes, peinando el terreno por un número variable de 4-5 agentes. Las inspecciones pueden ir dirigidas tanto a zonas problemáticas con antecedentes, como a zonas que no lo son, con carácter preventivo.
Con la reciente llegada del lince a nuevos territorios de Castilla-La Mancha, se está prestando especial atención a los cotos y zonas de influencia de presencia del felino.
Los Agentes
Medioambientales tienen un papel clave en la lucha contra la utilización de
esos métodos ilegales y también son los
encargados de llevar a cabo la policía y
vigilancia de la actividad cinegética en todo el territorio
autonómico.
Sin embargo la
realidad es bien distinta. El escaso material y equipamiento con el que cuentan, el
reducido número de efectivos y el poco apoyo que reciben de la Consejería de Agricultura, complican excesivamente la consecución de este fin,
hasta el punto de que se han reducido de forma drástica los servicios dedicados
al control cinegético y más aun los destinados a la erradicación del
furtivismo.
Desde APAM-CLM hacemos
un llamamiento para la colaboración ciudadana, solicitando nuestra presencia a
través del teléfono 112 cuando se detecten este tipo de conductas infractoras.