Ha pasado ya más de año y medio desde que cambiara el color del Gobierno en Castilla-La Mancha. Muchos auguraban un futuro prometedor para nuestro colectivo, esperando la recuperación de la senda que inició el partido socialista en su gobierno anterior, dotando al Cuerpo de Agentes Medioambientales de una estructura y medios mejorables, pero a la altura de los colectivos de referencia de nuestro país en lo que a la protección medioambiental se refiere. Otros, sin embargo, cargaban las tintas de pesimismo, alertando, de manera muy acertada, de que no se trataba del color del partido que esté en el Gobierno, sino de las personas a las que éste designe para dirigir nuestro colectivo. El tiempo ha dado la razón a los segundos. Estas no fueron las acertadas en ninguno de los casos.
Asistimos en la actualidad al deterioro progresivo de nuestro colectivo, sumido en el caos más absoluto. No existe ningún tipo de voluntad de devolver al Cuerpo de Agentes Medioambientales al camino de la modernización, de la evolución, sino más bien lo contrario. Observamos cómo unos y otros se atribuyen la facultad de opinar y decidir cómo y hacia dónde debe avanzar nuestro colectivo, ignorando y haciendo oídos sordos a la voluntad de los propios agentes y de la ciudadanía. Contemplamos como otros definen de forma interesada lo que ha de ser nuestra profesión, no teniendo bastante con ejercer la suya propia.
El Cuerpo de Agentes Medioambientales carece actualmente de cualquier tipo de coordinación. La estructura fijada por nuestro Reglamento se difumina entre órdenes y decisiones de personas ajenas a nuestro colectivo que, ni entienden de nuestras funciones, ni conocen si quiera nuestro estatus jurídico.
El Cuerpo de Agentes Medioambientales se constituye como un colectivo de Policía Administrativa Especial, Policía Judicial Genérica y sus miembros son Agentes de la Autoridad, con la principal misión de velar por el cumplimiento de la normativa medioambiental. Algo tan sencillo como esto sigue sin ser asumido por muchos de nuestros dirigentes.
Un Cuerpo como el nuestro necesita de una estructura operativa y administrativa propia dotada de un presupuesto diferenciado. En poco tienen que ver nuestras necesidades de medios humanos y materiales con la del resto de trabajadores, pues la especificidad de nuestro cometido es muy diferente a la de un funcionario común.
Desde APAM-CLM llevamos años diciendo que la única salida que tiene nuestro colectivo es el cambio de Consejería y cada vez esta opción está más clara.
Las últimas noticias que vamos recibiendo no son nada alentadoras. Unidades especiales paralizadas como la Unidad de Intervención en Lugares de Difícil Acceso por falta de voluntad de la Consejería, a la cual le ha faltado tiempo para tantear "otras opciones" que conducen a esta unidad a una cercana privatización. Todo por no renovar el material de los compañeros y facilitar que realicen un curso que el Ministerio ofrece GRATIS. Alega nuestro Gobierno que Evaluación de Riesgos pone pegas y hay que cumplir los requisitos. Recordemos que Evaluación de Riesgos también dijo hace mucho tiempo que nuestros vehículos deben llevar prioritarios azules y sin embargo estos siguen circulando sin ellos.
Varias referencias ha hecho nuestro Consejero a la Ley de Cuerpo, cuyo compromiso era tener un borrador de la misma antes de finalizar el año en curso. Tienen nuestra propuesta hace meses. Ni Asociación ni sindicatos conocen aún la suya.
Estos días hemos tenido conocimiento por la prensa de cómo diversos cargos y ex-cargos de la Consejería están siendo investigados por el incendio de la planta de Chiloeches. Llevamos años reivindicando una Unidad de Calidad Ambiental.
Dentro de poco tendremos un encuentro con el Consejero de Agricultura, tal cual anunció él mismo en las Cortes de Castilla-La Mancha. Nos tememos que su discurso será el mismo de siempre. De ser así, el nuestro cambiará.