8 DE MARZO 2017
Hoy especialmente, Día Internacional
de la Mujer en el que se reivindica la igualdad de derechos, queremos rendir
homenaje a esas mujeres pioneras, que lucharon por romper con los tópicos y consiguieron
salvar los obstáculos necesarios para conseguir que cada vez sean más las
mujeres que integran el Cuerpo de Agentes Medioambientales.
A pesar de ser un cuerpo con más
de 140 años de historia, siempre ha estado integrado principalmente por hombres.
Hasta diciembre de 1983 no apareció la primera mujer. Fue cuando se publicó la lista
de aprobados, para ingresar como Agente Forestal en el Cuerpo de Guardería
Forestal del Estado, en la que esta compañera logró ser la primera de su
promoción.
Han pasado 34 años desde entonces
y, aunque se han dado grandes pasos por la igualdad de género en el acceso y
desempeño de este trabajo y en el medio rural, aún queda mucho por mejorar.
Actualmente en Castilla La-Mancha
son 31 el total de mujeres Agentes Medioambientales, aproximadamente un 6% del
total de efectivos.
Aunque el acceso al cuerpo se
rige por los valores de igualdad, mérito y capacidad, sin más distinción, estas
cifras dejan en evidencia que es necesario realizar cambios.
Desenvolviéndonos en un terreno predominantemente
masculino, no son pocas las veces que nos encontramos con comentarios o
actitudes machistas.
Como ejemplos podemos poner el
que un usuario se despida de una agente con un hasta luego guapa, mientras que a su compañero el mismo usuario le
diga que tenga un buen servicio agente.
O que el día que ingresas en el cuerpo y vas a recoger el uniforme te hagan la
“broma” en un despacho de preguntarte ¿como
te queda la minifalda del uniforme?
Aunque hace 4 años que cambiamos
de uniforme habitual y ya disponemos de tallaje femenino, el Equipo de
Protección Individual (EPI) de incendios sigue sin adaptarse a las necesidades
de todas las compañeras, dándose casos de tener que llevar un pantalón grande o
unas botas de peor calidad que las del resto de compañeros al no disponer de
tallas.
También nos encontramos con que
las compañeras embarazadas se ven relegadas en las oficinas, sin tarea asignada
y exentas de llevar uniforme, siendo automáticamente no aptas para trabajar en
la campaña de incendios forestales. Al no dotarlas de prendas adaptadas que las
identifiquen correctamente y no disponer de una segunda actividad o de una
adaptación real del puesto según necesidades, las anulan casi por completo en
el desempeño de nuestras funciones.
No encontramos dentro de nuestro
colectivo en CLM ningún puesto de coordinación ocupado por mujeres, ni tampoco
hay representación de las mismas en todas las comarcas de trabajo.
Para seguir disminuyendo esta
brecha entre el número de efectivos masculinos y femeninos y acabar así con los
ejemplos antes descritos, se debería realizar un esfuerzo para incrementar la
plantilla del cuerpo. Con una oferta de empleo público que permita que
lleguemos a los 700 agentes que tendríamos que ser en Castilla La-Mancha (actualmente unos 490 efectivos), conseguiríamos
que más mujeres tengan la oportunidad de ingresar en igualdad de condiciones.
Además, el Gobierno de nuestra
región debería realizar una labor
divulgativa sobre nuestro colectivo y las funciones que desempeñamos en páginas
oficiales, medios de comunicación, ferias, colegios, institutos y ciclos formativos,
consiguiendo así darnos a conocer en la sociedad actual. Es fundamental
realizar una educación ambiental desde la coeducación para que, además de
fomentar valores que respeten y protejan la naturaleza, se eduque en la
igualdad de las personas sin distinción de sexos, dando visibilidad en estas
actividades a los binomios mixtos de agentes.
A pesar de lo expuesto
anteriormente, no hay que olvidar que este colectivo está compuesto por grandes
profesionales, compañeros y compañeras, que valoran a las personas por sus
aptitudes y no por su género.
Este es un trabajo vocacional, en
el que no importa si eres hombre o mujer. Sólo importa la labor que realizamos como
servicio público en la protección del medio ambiente.
Realizar cada día el servicio con
la ilusión de saber que estamos defendiendo algo importante y vital, mediante
la persecución de las agresiones que se cometen contra la naturaleza y
aportando nuestro esfuerzo en la defensa del artículo 45 de la Constitución,
garantizando que generaciones futuras puedan disfrutar de un medioambiente
adecuado y que la sociedad aprenda a respetarlo, hace que toda nuestra
dedicación merezca la pena.