Se trata de un coto de Medranda y otro de Castilblanco de Henares.
El envenenamiento acabó con más de veinte animales, entre ellos algunos protegidos y que tenían aparatos de seguimiento gracias a los que fueron localizados.
Enlace noticia: http://www.eldiario.es/clm/Multados-cotos-Guadalajara-envenenar-animales_0_369913883.html
El envenenamiento acabó con más de veinte animales, entre ellos algunos protegidos y que tenían aparatos de seguimiento gracias a los que fueron localizados.
Dentro de un expediente sancionador que ha elaborado
la Consejería de Agricultura, se ha procedido a una sanción de 25.000
euros y la prohibición de cazar durante dos años a un coto de caza de la
localidad de Medranda, en el norte de Guadalajara. Esta sanción procede
de la colocación de cebos envenenados que provocaron la muerte de más
de veinte animales hace dos años en una zona declarada Lugar de Interés
Comunitaria (LIC), entre ellos algunos ejemplares de especies en peligro
como el águila de Bonelli o el buitre leonado.
Hace
unos meses, en una finca de caza colindante a esta pero en el término
municipal de Castilblanco de Henares, el propietario de otro coto fue
sancionado de la misma manera por usar venenos de igual manera, siendo
en este caso colocados cebos envenenados en los agujeros de los zorros y
en las bocas de madrigueras, una utilización del veneno que suele ser
clásica de los cazadores (se hace para matar a los depredadores de sus
presas).
De esta sanción ha informado el Programa Antídoto, una
ONG creada hace quince años para luchar contra la colocación de cebos
envenenados en la fauna salvaje. Para proceder a la sanción ha sido
clave la labor de los Agentes Medioambientales, que son quienes en la
práctica se han encargado de vigilar la operación de retirada de los
cuerpos, de los cebos envenenados y quienes se encargarán ahora de que
se cumpla la sanción que tienen impuesta los dos cotos.
Precisamente para conocer el caso ha sido muy importante que uno de los
animales envenenados y que se encontraron muertos era un águila de
Bonelli y llevaba un rastreador en su pata para conocer sus movimientos.
Era uno de los animales que estaba dentro de uno de los programas LIFE
de la Unión Europea de recuperación de especies protegidas
(concretamente el programa LIFE+Bonelli). El Grupo de Rehabilitación de
la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), una asociación perteneciente al
Programa Antídoto, fue quien dio la voz de alarma ante la desaparición
de ese ejemplar de águila.
Entre las partes que se
han presentado contra estos dos cotos están asociaciones ecologistas
como WWF España, que declaraban que esperaban que cayera la máxima
sanción posible para los propietarios de los cotos (que son los
sancionados) a la vez que se lamentaban de que especialmente en
Castilla-La Mancha sea tan difícil que se multe a los propietarios de
cotos que hacen estas prácticas "por desidia de la Consejería de
Agricultura". De hecho los propietarios sancionados lo han sido por no
informar de animales muertos en su propiedad en el caso de Medranda, y
por no aplicar en el coto las medidas necesarias para quitar los cebos
envenenados en el caso de Castilblanco.
El veneno
usado era basado en carbofurano, un plaguicida muy tóxico cuya
comercialización como fitosanitario está prohibida en la Unión Europea.
Por otro lado el proceso judicial por la vía penal contra los causantes
del envenenamiento sigue abierta a la vez que la Fiscalía mantiene
abiertas las diligencias.
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