A todo ello unimos la falta de preocupación e involucración en esta problemática por parte de las administraciones locales, que son las competentes en la recogida de los animales domésticos en sus términos municipales y que en muchas poblaciones carecen de todo medio para ello, así como el intento por hacerlo bien en otras, pero con muchas mejoras por hacer; si sumamos la falta de apoyo, de órgano inspector y legislador de la administración autonómica nos encontramos en una situación delicada a la hora de hacer cumplir la legalidad vigente y necesaria, tanto para los animales domésticos como para castigar a esas personas que en pleno siglo XXI siguen tratando a los animales como meros objetos u herramientas casi con total impunidad.
Los Agentes Medioambientales por
su carácter de agentes de la autoridad y de policía administrativa son
imprescindibles para velar por el bienestar animal en el medio natural, ya sean
animales silvestres o animales domésticos; si bien a esto añadimos que son el
único Cuerpo policial uniformado perteneciente única y exclusivamente a la
Junta de Castilla-La Mancha y que actualmente pertenecen a la Consejería de
Agricultura, la cual es la competente en legislar, inspeccionar y sancionar de acuerdo con la normativa vigente relativa a
la protección de animales domésticos. Es por ello que los Agentes
Medioambientales en su labor diaria se encuentran con innumerables casos que
contradicen la actual ley: abandonos, condiciones higiénico-sanitarias
inadecuadas, animales sin identificar por parte de sus dueños y sobretodo malos
tratos y demás actuaciones que deben ser denunciadas y castigadas por las
administraciones competentes y en caso que proceda por la vía penal en caso de
delito de maltrato animal.
Lo inexplicable de esta situación
es que los Agentes Medioambientales siguen sin tener incluida específicamente en
su reglamento y normativa vigente la competencia de policía y vigilancia de
dicha ley, hecho que llevan reivindicando en los últimos años, ya no por
capricho si no por la realidad de sus labores diarias, ya que trabajan a diario
por hacer que esta ley se cumpla y en muchas ocasiones la falta de protocolos
de actuación, de medios y la propia despreocupación de la administración hacen
que su trabajo de lucha por el bienestar animal quedé en una frustración más
que en una motivación para seguir trabajando día a día. Sus denuncias y actas
dan fe que son competentes en la materia como policías medioambientales de la
administración autonómica.
Ante esta situación, con el fin de mejorar y colaborar en la realidad del
asunto, por ética profesional, por ser un Cuerpo que se mueve por todos los
rincones del territorio, por su labor tanto policial, inspectora y educativa,
es estrictamente necesario que el Cuerpo de Agentes Medioambientales de
Castilla-La Mancha incluya dentro de su infinidad de competencias, la de policía,
vigilancia y control de la normativa vigente referente a la protección de animales domésticos en el medio
natural. Labor que ya de por sí llevan a cabo en su día a día y que por falta
de protocolos y medios de actuación, la administración autonómica a día de hoy,
lo único que proyecta y demuestra es la despreocupación y la desidia ante la
ciudadanía.