En un comunicado de prensa, esta asociación ha señalado que es imprescindible que se le dote de estas herramientas a los agentes para evitar que los sucesos acontecidos en la Comunidad Valenciana y Galicia en las últimas fechas, donde varios agentes han sido agredidos verbal e incluso físicamente durante el servicio se repitan en Castilla-La Mancha.
En este sentido, desde APAM-CLM reclaman a la Consejería de Agricultura que se estudie la posibilidad de entregar a los Agentes Medioambientales una serie de elementos de dotación al igual que llevan otros cuerpos de policía.
Los Agentes Medioambientales, han recordado que desde las cinco provincias de la región se solicitaron por escrito el uso voluntario de arma corta en actos de servicio sin que a fecha de hoy se haya recibido respuesta al respecto por parte del Gobierno regional.
Desde esta asociación, han recordado que los Agentes Medioambientales tienen sus orígenes en el Cuerpo de Guardería Forestal, al que mediante el RD de 15 de Febrero de 1907 se le encomendó la custodia de los montes del país, siendo un cuerpo armado, que desempeñaba sus funciones ayudados con el uso de un arma reglamentaria en los distintos servicios de custodia, vigilancia, policía y defensa de la riqueza forestal, de la fauna, de la flora silvestre.
La asociación de agentes ha subrayado que, en ocasiones es necesario portar armas, en garantía del bien jurídico a proteger que es la vida humana independiente tanto de nosotros mismos como de terceros, bien como legítima defensa con carácter disuasorio.
En Castilla-La Mancha, han recordado que hay antecedentes, algunos cercanos, de agresiones, amenazas, insultos y desconsideraciones que han tenido que ser resueltas en los Juzgados.
Además, han subrayado que la Administración sigue sin adoptar soluciones a las demandas de los agentes, como es la correcta señalización de los vehículos (luces policiales que permitan la rápida identificación), la obligatoriedad de prestar servicios en pareja, o la entrega de elementos de dotación que permitan que este tipo de casos se minimicen.
Han asegurado que las condiciones especiales de aislamiento en las que trabajan, debido a que su jornada se desempeña en el Medio Natural y en ocasiones en lugares sin comunicación, tratando frecuentemente con gente armada, le otorga un grado de peligrosidad aun mayor.
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